Traumatologia Infantil

El hueso del niño tiene características anatómicas, fisiológicas y biomecánicas diferentes a los del adulto y esto determinará que las fracturas tengan aspectos clínicos y radiográficos diferentes.
La Traumatología Infantil es una parte de la Cirugía Ortopédica y Traumatológica, que se encarga de estudiar y tratar las afecciones o traumatismos en los huesos en niños y/o adolescentes.
Una fractura es la pérdida de continuidad del hueso debida a la acción de un traumatismo mecánico. El foco de fractura es el conjunto de la lesión ósea y de partes blandas incluyendo periostio, vasos sanguíneos, nervios, músculos, etc.
Los traumatismos que causan una fractura pueden ser: Caída desde la propia altura, agresiones con traumatismo directo, generalmente por objeto en movimiento, caída desde una altura importante de todo el cuerpo que en este caso producen politraumatismos.

Clasificación de las fracturas 

Según el trazo de fractura:

  • Fracturas transversales: en las cuales el trazo es transversal al eje diafisario. Se producen por fuerzas de cizallamiento que inciden de forma transversal sobre el hueso, en la misma dirección y en sentido contrario.
  • Fracturas espiroideas: se deben a fuerzas de torsión.
  • Fracturas oblicuas o en pico de flauta: se producen por mecanismos de flexión.
  • Fracturas conminutas: existen varios fragmentos. Se deben generalmente a traumatismos directos con compresión sobre el hueso.
  • Fracturas en rodete: se producen por compresión en niños por compresión directa sobre el hueso, que es más elástico que en el adulto de forma que da lugar a un abombamiento óseo. No requieren ningún tipo de actuación, salvo la inmovilización.
  • Fractura en tallo verde: aparecen exclusivamente en niños. Asientan sobre los huesos con corticales delgadas como cubito y radio. Se caracterizan porque debido a un traumatismo en hiperflexión se rompe la cortical y el periostio del lado convexo y queda integro en el lado cóncavo. Se producen por inflexión del hueso más allá de su límite.
  • Epifisiolisis: asientan a nivel de la metáfisis y epífisis. Suponen el 20% de las fracturas, aparecen en niños y son muy importantes porque pueden traer problemas de crecimiento.

Según la localización: 
Se dividen en fracturas diafisarias, epifisarias y metafisarias. Las epifisarias y metafisarias con frecuencia son fracturas intraarticulares.

Según el estado de la piel: 
Se consideran fracturas abiertas o expuestas cuando el foco de fractura se comunica con el exterior. Generalmente son fracturas en las que el propio hueso rompe las partes blandas y llega hasta la piel.

Las fracturas cerradas son las que el foco de fractura no se comunica con la piel.

Según la estabilidad:

  • Fracturas estables: son aquellas que una vez producidas mantienen esta reducción.
  • Fracturas inestables: cuando el hueso se ha colocado en su posición anatómica tiende a volver a la posición inicial, es decir, a mantener la deformidad.

Según el mecanismo de producción: 
Pueden ser fracturas con un mecanismo causal evidente, como las fracturas debidas a un mecanismo directo e indirecto y fracturas sin mecanismo causal evidente como las fracturas patológicas o las fracturas por stress. Para más información sobre  Traumatismo Infantil  comuníquese telefónicamente con nosotros o complete nuestro formulario y consulte a nuestro especialista.

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