ORTOPEDIA INFANTIL

Trastornos posturales

El trastorno postural es una relación deficiente entre las diferentes partes del cuerpo, que produce aumento de la tensión y fatiga en las estructuras de sostén, en la cual hay desajustes del cuerpo sobre la base de sustentación.
Si visitáramos el recreo de un colegio, observaremos niños muy diferentes. Desde muy altos hasta bajos, flacos o gorditos, pocos tendrán la arquitectura “perfecta”. La mayoría de ellos se encuentran dentro del rango de los considerados normales.
Tienen básicamente la misma estructura y se encaminan hacia fases del desarrollo típicas, aunque el tamaño y la velocidad del crecimiento, obviamente, varían.
Esa arquitectura o estructura de sostén se encuentra constituida por huesos, músculos, tendones, ligamentos y articulaciones.
Se comienza a formar durante la gestación y continúa desarrollándose hasta la adolescencia.
Dentro del útero no hay mucho espacio, por lo que la columna se encuentra flexionada y los miembros rotados e incurvados. El bebé comienza a desplegarse, una vez nacido.
Cerca del año comienza a caminar por que su columna y sus piernas son lo suficientemente fuertes para soportar el peso, los miembros inferiores se encuentran “entre paréntesis” y sus pies no presentan arcos. Va creciendo y desarrolla las curvas normales de la columna, las piernas se fortalecen pero las rodillas chocan al perder la panza de bebé, aparecen los arcos de los pies.
Llegando a la adolescencia y casi terminando de crecer se presenta una columna estilizada, piernas fuertes y alineadas con muy buenos arcos en sus pies.
Entre los defectos más frecuentes están: los trastornos de columna como Escoliosis, Cifosis o Lordosis y la combinación de ellas, así como las inclinaciones pelvianas por diferencia de longitud de miembros inferiores y sus trastornos axiales y rotacionales.
La Ortopedia y Traumatología Infantil se ha transformado en una de las especialidades de niños con más volumen de consultas, detrás de la Clínica Pediátrica.
Los pediatras han comprendido el problema de los trastornos posturales durante el crecimiento y son los principales derivadores de pacientes al Ortopedista Infantil.
Lo ideal es que lo padres lleven a sus hijos una vez al año durante las etapas de crecimiento y que cuando sea detectado un problema o alguna alteración que pueda progresar, las visitas se produzcan cada cuatro a seis meses.
En un examen ortopédico, según la edad de la consulta, se observa al niño acostado, sentado y de pie, se controla si existen asimetrías cefálicas, inclinación cervical o tortícolis y se consideran todas las etiologías posibles.
La inspección del tronco, con la desigualdad en la altura de los hombros y la asimetría en el triángulo del talle, ya nos puede sugerir trastornos de columna, sobre todo si al flexionar aparece rotación vertebral. En el caso de los niños y adolescentes la escoliosis es una de las enfermedades que debemos pesquisar.
La escoliosis es una enfermedad que requiere la máxima atención del profesional y su tratamiento muchas veces radica en el uso de un corsé o del tratamiento quirúrgico.

Durante la visita, el médico ortopedista también revisa el plano coronal del niño, mediante el examen del tórax; los miembros superiores, observando la forma, la estructura y la movilidad en cada uno de los segmentos.
Se debe detener para examinar la pelvis, controlando la altura de las crestas ilíacas, cuya asimetría sugeriría discrepancia de longitud de los miembros inferiores. En cuánto a la diferencia de longitud de los miembros inferiores, se abre un capítulo enorme de diagnósticos diferenciales, apasionantes para el especialista, en el que se ponen en juego etiologías congénitas, infecciosas, tumorales y traumáticas; y en donde el cartílago de crecimiento juega un rol fundamental.
Debemos hacer hincapié en la alineación de los miembros inferiores, con sus trastornos axiales (por ejemplo, rodillas juntas en valgo o separadas en varo) y los trastornos rotacionales (chuecos hacia adentro o hacia fuera) que pueden tener una enorme cantidad de causas; pueden ser responsables las caderas, los fémures, las rodillas, las tibias, los tobillos o los pies.
Por último, se realiza la revisión del pie del niño mediante un podoscopio, en el cual se constata si existe pie plano.
El pie plano es el verdadero motivo de la consulta y la preocupación familiar, pero la experiencia nos ha enseñado que la mayoría de estos casos se corrigen espontáneamente durante el crecimiento, y que solo en un 20% de los casos persiste en el adulto.
Otras consultas frecuentes para el ortopedista son aquellos niños que padecen alteraciones neurológicas como parálisis cerebral o mielomeningocele, a quienes se debe atender de forma multidisciplinaria con neurólogos, fisiatras y terapistas.
Son muchos los especialistas de las diferentes áreas con los que estamos habitualmente comunicados, fundamentalmente con la Pediatría, pero también con la Neonatología -por toda la patología ortopédica del recién nacido-; la Infectología -por los múltiples diagnósticos y tratamientos en las infecciones óseas de la infancia-, la Endocrinología –por las diferentes displasias esqueléticas, el raquitismo y la osteogénesis-; la Reumatología y la Cirugía plástica.

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