La fractura Milch II, corresponde a la lesión tipo Salter Harris II y es la fractura más común del cóndilo lateral del húmero, no cruza el núcleo epifisiario sino que corre medialmente a esta estructura y sale a la articulación en el ápex de la tróclea. Esta lesión es inestable, debido a que la tróclea está interrumpida y la subluxación posterolateral del radio y cubito puede suceder.
Estudios realizados en cadáveres, han establecido que de varios métodos empleados buscando producir la fractura, el que más comúnmente logra llevarla a cabo es la angulación forzada en varo con el codo extendido.
Contrario a la marcada distorsión del codo en las fracturas supracondíleas, en las fracturas del cóndilo externo no existe mayor distorsión que la producida por el hematoma. La evaluación clínica del paciente es definitiva para realizar el diagnóstico, buscando hinchazón y sensibilidad en el aspecto lateral del codo.
Las fracturas no desplazadas o con desplazamiento (menor de 2 mm), pueden ser manejados mediante inmovilización del codo en yeso, hasta completar tres semanas. La fijación percutánea puede realizarse, manteniendo la reducción con mayor seguridad. Las maniobras de reducción cerrada para las fracturas desplazadas, a pesar de estar descritas, rara vez consiguen resultado adecuado definitivo.
La reducción abierta y fijación interna constituye el método más común de tratamiento. Un abordaje lateral permite una suficiente visualización del fragmento. Bajo mínima desperiostización se practica reducción de la fractura y fijación mediante dos clavijas de Kirchner, los cuales pueden dejarse percutáneos para facilitar su extracción. Se practica inmovilización en una férula posterior. Férula y clavos son retirados a las 3 a 6 semanas, si las radiografías muestran consolidación de la fractura y se inicia movilidad activa del codo.
Las complicaciones pueden surgir del manejo de la fractura aguda, como Seudoartrosis y necrosis avascular, a veces rigidez y sobrecrecimiento del cóndilo La mayoría de los autores están de acuerdo en que la falta de evidencia de curación después de 8 semanas puede ser considerada como retardo de consolidación y puede llevar a progresivo cubito valgo con la subsecuente parálisis tardía del nervio cubital.
Fractura de fémur
Fractura de rodilla
Fractura diafisiaria de la tibia
Fractura de tobillo
Fractura de pié