Bajo el concepto de PCI encontramos diferentes tipos de patologías con causas diferentes, con pronóstico variable dependiendo del grado de afectación y extensión de la lesión en el cerebro. La lesión es cerebral por lo que no incluye otras causas de trastorno motor (lesión medular, de sistema nervioso periférico). No es progresiva y si de carácter persistente causando un deterioro variable de la coordinación del movimiento, con la incapacidad posterior del niño para mantener posturas normales y realizar movimientos normales, conduciendo entonces a otros problemas ya ortopédicos por lo que se deben prevenir desde el primer momento. Al ocurrir en una etapa en que el cerebro se encuentra en desarrollo va a interferir en la correcta maduración del sistema nervioso incluso sin que el niño tenga una experiencia previa del movimiento voluntario, pero al no haber una especificidad de funciones y gracias a la neuro plasticidad va a permitir que áreas no lesionadas del cerebro suplan la función de las zonas lesionadas y se establezcan vías suplementarias de transmisión.
La parálisis cerebral es un padecimiento que principalmente se caracteriza por no poder controlar completamente las funciones del sistema motor. Esto puede incluir espasmos o rigidez en los músculos, movimientos involuntarios, y/o trastornos en la postura o movilidad del cuerpo.
La parálisis cerebral no es una enfermedad y no es progresiva. Es causada por una lesión en una o más áreas específicas del cerebro y no en los músculos. La incidencia de esta condición en países desarrollados es de aproximadamente 2-2,5 por cada mil nacimientos. Esta incidencia no ha bajado en los últimos 60 años a pesar de los avances médicos como la monitorización de las constantes vitales de los fetos. La Parálisis cerebral no tiene cura conocida; la intervención médica aparece como una ayuda. Estos tratamientos para el desarrollo personal del paciente se introducen en su vida diaria hasta su muerte.
La parálisis cerebral puede producirse tanto en el período prenatal como perinatal o postnatal. Entre 0,1 y 0,2% de los niños padecen alguna forma de parálisis cerebral; en el caso de bebés prematuros o de bajo peso, esta cifra aumenta al 1%.
1. En el período prenatal, la lesión es ocasionada durante el embarazo y pueden influir las condiciones desfavorables de la madre en la gestación. Suele ocasionar el 35% de los casos. Los factores prenatales que se han relacionado son las infecciones maternas (sobre todo la rubéola), la radiación, la anoxia (déficit de oxígeno), la toxemia y la diabetes materna.
2. En el período perinatal, las lesiones suelen ocurrir en el momento del parto. Ocasionan el 55% de los casos, y las causas más frecuentes son: anoxia, asfixia, traumatismo por fórceps, prematuridad, partos múltiples, y en general, todo parto que ocasiona sufrimiento al niño.
3. En el período postnatal, la lesión es debida a enfermedades ocasionadas después del nacimiento. Corresponde a un 10% de los casos y puede ser debida a traumatismos craneales, infecciones, accidentes vasculares, accidentes anestésicos, deshidrataciones, etc.
La parálisis cerebral es un término que agrupa un grupo de diferentes condiciones. Hay que tener en cuenta que no hay dos personas con parálisis cerebral con las mismas características o el mismodiagnóstico. Está dividida en cuatro tipos, que describen los problemas de movilidad que presentan. Esta división refleja el área del cerebro que está dañada. Los cuatro tipos son: Espasticidad (notable rigidez de movimientos, incapacidad para relajar los músculos, por lesión de la corteza cerebral que afecta los centros motores), Atetosis (movimientos involuntarios que interfieren con los movimientos normales del cuerpo. La lesión de los ganglios basales del cerebro parece ser la causa de esta condición. Está localizada en el haz extrapiramidal), Ataxia (desequilibrio corporal y una marcha insegura, dificultades en la coordinación, descontrol de las manos y de los ojos. Se encuentra en el cerebro) y Mixta (combinación de las anteriores).
Según la distribución del trastorno neuromuscular que indica cual es la parte del cuerpo afectada, podemos distinguir entre, Hemiplejía: afecta a una de los dos hemicuerpos, Diaplejía: mitad inferior más afectada que la superior, Cuadriplejia: los cuatro miembros están paralizados, Paraplejía: afectación de los miembros inferiores, Monoplejia: un único miembro, superior o inferior afectado, Triplejia: tres miembros afectados.
Según el tono muscular se clasifica en, Isotónico: tono normal, Hipertónico: tono incrementado, Hipotónico: tono disminuido y Variable: tono inconsistente (distonía y espasticidad).
Como se ha señalado, en este padecimiento intervienen muchos factores tanto en la etiología como en la evolución y pronóstico, de tal manera que el tratamiento siempre tendrá que ser individualizado. En términos generales el tratamiento incluye 3 elementos básicos:
1.- Tratamiento conservador: Se trata fundamentalmente de un programa de fisioterapia por medio de técnicas de facilitación neuromuscular y propioceptiva, masoterapia, estimulación temprana, etc. y terapia ocupacional, supervisado por los especialistas en el área y con la activa participación de los padres o la familia del paciente.
2.- Tratamiento farmacológico: Entre los medicamentos que se indican están los relajantes para disminuir los temblores y la espasticidad, y anticonvulsivantes para prevenir o reducir las convulsiones. La cirugía puede ser necesaria en algunos casos para liberar las contracturas en las articulaciones, las cuales son un problema progresivo asociado con la espasticidad. También puede ser necesaria para colocar tubos de alimentación y controlar el reflujo gastroesofágico. Se han utilizado históricamente diversos fármacos con la idea de mejorar el tono muscular. Sin embargo en los últimos años ha quedado de manifiesto la importancia de la Toxina Botulínica Tipo A como alternativa eficaz en el tratamiento de la espasticidad, que es la forma más frecuente de expresión de la parálisis cerebral. La Toxina Botulínica Tipo A (TBA) se encuentra actualmente en presentaciones de 100 y 500U, los mejores resultados se obtienen cuando se inicia el tratamiento en una edad temprana (2 años en adelante). El uso correcto de este fármaco, logra mejorar el tono muscular, lo que limita el riesgo de contracturas, mejora postura y a largo plazo evita la cirugía ortopédica. Es importante señalar que la aplicación de este medicamento es por vía intramuscular, tiene una duración de aproximadamente 5 a 6 meses el efecto, por lo que hay que tener un programa de seguimiento puntual por el especialista y lo más importante es que el tratamiento con TBA tiene que estar asociado a un programa de rehabilitación física, lo cual asegura un tratamiento completo para una mejor calidad de vida.
3.- Tratamiento quirúrgico: Está orientado principalmente a evitar, prevenir o minimizar las deformaciones articulares. Existen diferentes técnicas más o menos agresivas y con más o menos eficacia. Destaca por muy utilizada las tenotomías en la que se practican cortes en diferentes tendones, dependiendo del resultado a obtener. Es una que requiere inmovilización posterior del paciente. Las técnicas a nivel óseo son las osteotomías, indicadas fundamentalmente en la alineación de los miembros inferiores. Las Artrorisis y /o Artrodesis que buscan limitar el movimiento articular se utilizan en casos avanzados.