La causa de la enfermedad se desconoce sin embargo, se ha relacionado con alguno de los siguientes procesos:
A) Una infección viral inespecífica de vías aéreas superiores, faringitis u otitis, en el 70% de los casos.
B) Un antecedente de traumatismo, caída o golpe. Esta asociación se ha encontrado entre el 17 y el 30% de los casos.
C) Una pre disposición alérgica. Esta asociación se ha encontrado entre el 16 y el 25% de los casos.
La clínica se presenta con renguera mal definida, dolor en la cadera o en la rodilla y posiblemente, febrícula. Los niños mantienen la cadera a menudo en flexión, abducción y rotación externa. En ocasiones la sinovitis puede volver a producirse al cabo de un tiempo. Esto ocurre en el 17% de los niños.
La radiografía puede mostrar signos indirectos de tumefacción articular.
El uso de la ecografía se ha extendido cada vez más en el diagnóstico de los trastornos de la cadera por su alta capacidad para visualizar los derrames articulares.
Es difícil diferenciarla con una artritis séptica, si existe un alto grado de sospecha clínica, hay que punzar la cadera.
Por esta razón es importante acudir al especialista en ortopedia pediátrica para descartar otras enfermedades más graves que podrían provocar una sintomatología similar.El tratamiento está enfocado a disminuir la inflamación de la cadera.
Por ello se recomienda el reposo hasta que el dolor cede y la movilidad se recupera.
Los antiinflamatorios como el ibuprofeno ayudarán a controlar las molestias y acelerarán el proceso de curación
Los síntomas pueden durar entre 7-10 días, raras veces más de 2 semanas.
A veces es necesario hospitalizar al paciente para descartar una sepsis y aliviar así la preocupación de los padres y el médico.
Excepcionalmente, si se produce un derrame intenso en la cadera puede ser necesaria una aspiración del líquido articular.